La marca se retrotrae al pasado para presentarnos el futuro con un par de prototipos bajo la manga
Los coreanos empezaron su andadura en España allá en los años 90, vinieron a ocupar la parte baja del mercado en un momento en el que la realidad era bastante optimista para una España prospera que se vería pronto amenazada por una crisis del golfo que golpeó de una forma muy fuerte todas las economías globales. Han pasado ya cerca de tres décadas, y Hyundai supo copar esa parte «económica» del mercado, con esos primeros Accent o los omnipotentes «coupé»(GT), por eso, entre otras razones, es buen momento para hablar de la marca.
Contra todo pronóstico y con una imagen de marca fundamentalmente «pobre» en sus dos primeras décadas en España, Hyundai ha dado saltos agigantados en cuanto visión de marca. Antes se hablaba de marca de coches «chinos» -que era como los españoles una década atrás catalogaban los productos de ínfima calidad-, aunque esa concepción sea errónea por dos bandas; por una, Hyundai es coreana; por otra, por ser un producto asiático no tiene porqué ser malo, es más, la mayoría de productos tecnlógicos vienen de allí. Hyundai ha dado una vuelta a su filosofía de marca y da un golpe en la mesa, sentado junto a alemanes y japoneses estupefactos ante su alzamiento de voz con estos dos prototipos: el N-Vision y el RN22e.
RN22e y N Vision 74
El RN22e es cómo dicen los propios creadores un «laboratorio rodante», y es que están haciendo pruebas para poder implementar numerosos sistemas en toda la flota eléctrica. Estos sistemas, muy ligados a la competición, incluyen pruebas de vectorización del par con un doble embrague por eje y impresión 3D en numerosos de sus elementos para tratar de aligerar peso, entre otras. En cuanto elementos técnicos, posee 430kw, que hablando en plata son alrededor de 600 caballos, combinando los motores tanto trasero como delantero. La idea de Hyundai es implementar poco a poco estas innovaciones en sus modelos de calle.

El N Vision 74 es uno de esos coches que te dejan boquiabiertos; en el momento que vi las primeras imágenes me llamó poderosamente la atención con el parecido del prototipo con el DMC 12 (De Lorean). En esto de la industria no existe la «casualidad», y es que este prototipo nació a través de la idea de revivir al antiguo Hyundai Pony Coupé, que fue fecundado bajo los trazos del famoso Giugiaro. El Hyundai Pony acabó siendo descartado, aunque los bocetos y prototipos acabaron siendo reutilizados en el proyecto DeLorean, de ahí el asombroso y certero parecido. No se me ocurre guiño más acertado para potenciar la imagen de Hyundai, aunque a priori, lo que nos remueve dentro es el recuerdo del profesor chiflado y el chaval del monopatín, Hyundai ha dado en el clavo de la nostalgía.

Ambos son laboratorios rodantes y han venido para demostrar, una vez más, que Hyundai no es una marca del montón y que puede estar a la vanguardia de la técnica, pegando fuerte con su proyecto de electrificación.
Futuro Hyundai
Es complicado definir el futuro de una empresa, lo bueno es que Hyundai ha creado una estrategia al completo alrededor de esto, por lo tanto, más fácil dejar por aquí la intención, y después, desglosarla:
RN22e and N Vision 74 play an important role in the strategic development of our entire product lineup, especially our electrified, high-performance vehicles. Rolling labs represent the continuous development of our most advanced technologies. This unique approach makes us ready for the challenges of the future by empowering us to push ourselves to the limit.
Thomas Schemera
Executive Vice President and Head of Customer Experience Division at Hyundai Motor Company
La idea tras todo esto es imprimir en las mentes de todo el mundo la nueva imagen de marca de Hyundai, dar un paso adelante para crear un producto asociado diferenciado, capaz de zarandear al trio alemán, y al japonés. La marca está claramente enfocada a crecer en ese sentido, por eso sus esfuerzos en el mundo del rally, la saga «N» (que da para otro análisis), y por último, este nuevo empuje.
Habrá que ver cómo trasladan todos estos elementos a los vehículos de calle, lo que está claro es que promete, eso es innegable; ojalá transcendiera también un Hyundai Pony Coupé, o directamente, este N Visión a la producción, pero en un mundo que limita tanto la creatividad y pone tantos límites a la producción de según qué cosas, es complicado, pero nunca se sabe, solo queda esperar para ver con qué nos sorprende Hyundai en la próxima década.
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